viernes, 28 de junio de 2013

MI FAMILIA Y OTROS ANIMALES, GERALD DURRELL

Teodoro poseía un pozo de sabiduría aparentemente inextinguible sobre cualquier tema, pero la impartía con tal delicada modestia que, más que la de estar aprendiendo algo nuevo, le daba a uno la impresión de recordar algo ya sabido y olvidado

 Mi familia y otros animales, Alianza tres, pág 147

viernes, 14 de junio de 2013

AL SUR DE GRANADA, GERALD BRENAN

La asistencia a la escuela, sin embargo, constituía un asunto diferente. El Estado insistía en que debía haber una escuela, y la hubo, regentada por una maestra. Aquellos muchachos que no tenían que ayudar a sus familias guardando cabras, se reunían allí todas las mañanas para asimilar los rudimentos de una educación moderna. Aprendían de memoria una serie de himnos y oraciones, se familiarizaban un poco con las historias de la Biblia y, en cuanto a la aritmética, llegaban a dominar los números cardinales hasta el veinte y si eran listos hasta el cien. También memorizaban los nombres de los cuatro continentes mayores y las doce naciones principales, y aprendían a reconocer a los animales más importantes, comenzando por el perro y el león. Esto se les facilitaba mediante una lámina de colores que colgaba de la pared, y que mostraba a una vaca junto a un caldero en el momento del ordeño, un cazador con su perro, un camello junto a una palmera, y un león devorando un antílope

Al sur de Granada, Fábula Tusquets, pág 109