viernes, 22 de agosto de 2014

JUAN DE MAIRENA, ANTONIO MACHADO (II)

“Esta posición no la hemos descubierto nosotros, sino los antiguos griegos, porque,
como alguien ha dicho con supremo acierto, Dios hizo a los antiguos griegos para que
podamos comer los profesores del porvenir”

Juan de Mairena, Cátedra Letras Hispánicas, pág 315

viernes, 8 de agosto de 2014

AMERICANAH, CHIMAMANDA NGOZI ADICHE (I)

La universidad en Estados Unidos era fácil, los trabajos se enviaban por correo electrónico, las aulas tenían aire acondicionado, los profesores ponían de buena gana exámenes de repesca. Pero se sentía incómoda con lo que los profesores llamaban “participación”, y no entendía por qué eso debía incluirse en la nota final; solo servía para inducir a los alumnos a hablar y hablar, perdiendo tiempo de clase con obviedades, vacuidades, a veces sinsentidos. A los estadounidenses debían de enseñarlos, desde primaria, a decir algo en clase, lo que fuese. Así que ella permanecía en el aula, rodeada de estudiantes instalados relajadamente en sus sillas, todos rebosantes de saber, no sobre la materia, sino sobre cómo estar en clase. Nunca decían; “No lo sé”. En vez de eso, decían: “No estoy seguro”, lo cual no aportaba información pero dejaba en el aire la posibilidad de conocimiento.
Americanah, Random House, pág 177