viernes, 18 de marzo de 2016

LA GALLINA CIEGA, MAX AUB

- ¿Qué te pareció, entonces, la Universidad?
- Bueno, como estaba diciendo, me pareció que la Universidad de Madrid no daba una suficiente formación, sino que simplemente daba una acumulación de datos, en algunos casos. Entonces, antes, me preguntaba José María si yo no creía que precisamente la Universidad tenía que dar una visión más amplia y más profunda. Y yo le contestaba que, efectivamente, la materia que sea debe enseñarse con profundidad, situándola dentro de un contexto mucho más amplio, es decir, dentro de una visión mucho más universal (por eso es universidad). Sin embargo, sólo encontré tres o cuatro profesores que intentaron hacer eso, con más o menos éxito. José María me preguntaba, antes, que si eso … (Se pierde, vuelta): Bueno, la manera de reaccionar de los alumnos ante eso. Yo decía que había reacciones de dos tipos: reacciones de tipo individual, que lo único que hacían era a un nivel puramente personal, al tratar de llenar esa laguna mediante una formación que ellos se buscaban particularmente, y una reacción de tipo colectivo pero ya, quizá, más confusa y con muchas más implicaciones: no sólo desde el punto de vista de la educación, de la formación, sino con unas implicaciones de tipo socia, de tipo político, en muchos casos falsamente político


La gallina ciega, Visor Libros, pág 340

viernes, 4 de marzo de 2016

LAS ASOMBROSAS AVENTURAS DE KAVALIER Y CLAY, MICHAEL CHABON

Como tantos niños solitarios, su problema no era la soledad en sí, sino el hecho de que nunca lo dejaban a solas para disfrutarla. Siempre había adultos bienintencionados que intentaban alegrarlo o aconsejarle; que lo sobornaban, lo intentaban engatusar o lo intimidaban para que se mostrara amistoso, para que hablara un poco o tomara un poco el aire. Los profesores siempre estaban pinchándolo e intentando ganárselo con sus datos y sus principios, cuando lo único que él necesitaba era que le dieran un montón de libros de texto y lo dejaran solo. Y lo peor de todo eran los demás niños, que por lo visto no podían jugar sin incluirlo a él en el caso de los juegos crueles y lo excluían de forma ostentosa cuando se trataba de juegos inocentes


Las asombrosas aventuras de Kavalier y ClayLiteratura Mondadori, pág 489