Pero, como la mayoría de los profesores, el prefecto se sentía inclinado a pensar mal de todos los muchachos de la casa a medida que se hacían mayores; no porque fuera un hombre huraño, aunque sí era algo brusco y reservado, sino por la creciente dificultad que entrañaba gobernar los asuntos cotidianos de unas criaturas cada vez menos proclives a encajar en un marco perfectamente reglamentado, o, por lo menos, en un marco que le parecía conveniente a Le Bas porque él mismo había establecido sus reglas.
Decía Juan de Mairena en sus momentos de mal humor: «Un pedagogo hubo: se llamaba Herodes».
viernes, 24 de febrero de 2023
viernes, 10 de febrero de 2023
JOB, JOSEPH ROTH
Te has vuelto tonto a fuerza de enseñar a esos niños. Tú les pasas toda tu inteligencia y ellos te dejan su ignorancia. ¡Eres un maestro, Mendel, un maestro!
Job, Acantilado, pág 47
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