Créanme- y he dedicado buena
parte de diez años a vigilar unas trescientas escuelas elementales-, hablamos
mucho de nuestra democracia, pero en el día de hoy, un chico pobre en
Inglaterra no tiene más posibilidad de alcanzar esa emancipación intelectual de
la que nacen los grandes libros, que la que podía tener el hijo de un esclavo
ateniense
Un cuarto propio , Alianza editorial, pág 118