viernes, 1 de noviembre de 2013

AÑOS DE PENITENCIA, CARLOS BARRAL (I)

Las instalaciones del instituto eran tan precarias que los dos últimos cursos convivíamos en la misma aula, lo que obligaba a lecciones en turnos, de muy difícil disciplina para los no afectados…Era todo polvoriento y decrépito, y parecía que el aparato docente estuviese allí de paso, acampado de cualquier manera, pero la verdad es que el centro funcionaba bien, con bastante orden y que en el claustro había tres o cuatro profesores notables, seguramente de los mejores que yo había conocido

Años de penitencia, Alianza Tres, pág 170

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