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Sois una pareja sin precio. No puedo entender
que no quieras estudiar. Siempre fuiste una quejica y una quisquillosa…
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Hablas como si estudiar fuera algo muy especial
y no pudiera hacerse ninguna otra cosa, pero existen centenares de caminos para
descubrir el mundo.
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Es que es algo muy especial e insustituible. Es
valioso. Y tú tienes la condenada suerte de poder hacerlo.
Henry y Cato, Impedimenta, pág 122