viernes, 23 de diciembre de 2016

PALINURO DE MÉXICO, FERNANDO DEL PASO

Yo tuve un maestro de música en la escuela secundaria, con bigotes porfirianos blancos y negros, espolvorados con el oro del Sí Bemol, que en ocasiones, desesperado, gritaba: ¡Quiero oir el silencio! Un día, al fin, nos callamos cuando se desplomó muerto en el salón de clases, y desde entonces aprendí que el silencio se puede escuchar.


Palinuro de México, Alfaguara, pág 445

viernes, 9 de diciembre de 2016

MANUAL PARA MUJERES DE LA LIMPIEZA (EL TIM), LUCIA BERLIN

- Señora Lawerence, este chico está bajo nuestra responsabilidad. El asistente social nos cedió su tutela. Se quedará en su clase- se inclinó hacia mí, pálida-. Como profesoras, es nuestro deber controlar estas situaciones, enseñar a pesar de los obstáculos.
- Bueno, pues no soy capaz.
- ¡Es usted débil!- dijo entre dientes
- Sí, es cierto. Ha podido conmigo. No soporto lo que le hace al resto de la clase, ni lo que me hace a mí. Si Tim vuelve, renuncio


El Tim (Manual para mujeres de la limpieza), Alfaguara, pág 72

viernes, 25 de noviembre de 2016

CANIJO, FERNANDO MANSILLA

Ya en las Tres Mil, Pedrito vendía sus posturas de hachís en el colegio público Padre Ocampo. Tenía muy buenos clientes entre sus compañeros de clase, y mejores todavía entre los alumnos de clases superiores. En el recreo se retiraba a un rincón de su agrado para dedicarse tanto a vender como a fumar lo que los chavales de entonces llamaban un Bob Marley, porros de dos papeles doblemente cargados de grifa. ¿Y en clase? En clase se comportaba, se sentaba en la última fila y permanecía tranquilo, sin alborotar. Y sin libros, sin material escolar de ningún tipo, ¿para qué?, no le hacía falta. Mientras la señorita explica la lección Pedrito deja vagar el pensamiento, o se duerme, aunque no le gusta dormirse en clase. Le da la sensación de que dormido quedará a merced de los buitres que a su alrededor, sentados en los pupitres, acechan la ocasión de quitarle la grifa o los dineros que guarda en los bolsillos de sus pantalones



Canijo, El Rancho Editorial, pág 70

viernes, 11 de noviembre de 2016

EL VERANO SIN HOMBRES, SIRI HUSTVEDT

Cuando vi a mis alumnas alrededor de la mesa empecé a sentirme más tranquila. No cabía duda de que eran unas crías. La evidencia, ridícula y conmovedora al mismo tiempo, de aquellas niñas en plena pubertad sirvió para reivindicarlas de inmediato y me invadió una simpatía hacía ellas que casi me emociona. Peyton Berg, varios centímetros más alta que yo, muy delgada y sin apenas busto, cambiaba la postura de sus brazos y piernas constantemente, como si no supiera qué hacer con aquellos miembros que no parecían suyos. Jessica Lorquat era diminuta, pero tenía cuerpo de mujer. Estaba rodeada por una falsa aureola de femineidad que se manifestaba, sobre todo, en su forma afectada de hablar con una vocecilla de niña pequeña. Ashley Larsen tenía una melena castaña, lacia y brillante, ojos ligeramente saltones y andaba y se sentaba con el típico aire de seguridad que acompaña a la aparición de una nueva zona erógena: muy estirada y sacando pecho para exhibir su cuerpo en flor. Emma Hartley se escondía detrás de un velo de cabello rubio, sonriendo con timidez. Nikki Borud y Joan Kavacek, ambas rellenitas y ruidosas, parecían funcionar al unísono, como si fueran una sola persona risueña y amanerada. Alice Wright, de dientes grandes y cubiertos por aparatos de ortodoncia, estaba leyendo cuando entré y continuó haciéndolo con toda tranquilidad hasta que comenzó la clase. Cuando cerró el libro vi que era Jane Eyre y durante un instante sentí envidia, la envidia de los primeros descubrimientos



El verano sin hombres, Anagrama, pág 32

viernes, 28 de octubre de 2016

HENRY Y CATO, IRIS MURDOCH (III)

Había demasiados libros de hombres medianamente inteligentes como él. ¿Qué es lo que justifica la vida de un hombre, al fin y al cabo? Desde luego, un libro no. Leería y pensaría y prepararía nuevas series de conferencias. Sabía que era un profesor de talento. Uno debe conservar la esperanza y el sentido de la vida propia y proseguir con el esfuerzo. A John Forbes estas cosas nunca le habían parecido excesivamente difíciles.



Henry y Cato, Impedimenta, pág 37

viernes, 14 de octubre de 2016

GÓTICO CARPINTERO, WILLIAM GADDIS

- ¿Cuándo te ha prometido eso? Él … No pero eso fue hace mucho cuando eras pequeño, si va y lo cambia a Escuela Bíblica Bobbie Joe Ude la gente de los medios se va a poner a tergiversarlo todo entonces ¿de qué va a hablar ahí? Tiene que hablar de subir el nivel de la educación. A eso se dedica la Escuela Bíblica Wayne Fickert. Entonces tiene que coger esa idea buenísima que tuviste de que los alumnos hombres lleven chaqueta y corbata ¿sabes? Tiene que empezar a hablar de subir el nivel académico y la .. ¿Qué? Es a, c, a, d, e, mico ¿lo has apuntado? ¿Qué …? Bueno ve a buscar un papel yo te espero. ¿Liz? ¿Puedes ordenar un poco esto y traerme una camisa?


Gótico carpintero, Sexto piso, pág 113

viernes, 30 de septiembre de 2016

LA MÁQUINA DE JOSEPH WALSER, GONÇALO M. TAVARES

Hablar, pues, de la memoria común de un pueblo era un enorme disparate, pero al mismo tiempo una excelente estrategia de la patria. La historia que se enseñaba a los niños era a todas luces un intento de establecer en los jóvenes razonamientos una fórmula para la memoria, limitada y cuantitativa. Aprender la historia de un país era, para los más atentos, perder la memoria individual.
- Es la enseñanza de la historia lo que empieza a anular al ciudadano- decía Klober-. Cuando te dicen: debes conocer los hechos históricos de tu nación, en realidad te están diciendo: debes olvidar que tienes una memoria individual y que esta funciona por sí sola. Que tu memoria no empiece a funcionar antes de que la ocupemos, esto es lo que piensa quien enseña- decía Klober-. No me extraña que no haya nacido ningún genio desde hace más de cincuenta años: ¿quién puede ser realmente creativo cuando nos embriagan con la historia desde el primer momento?


La máquina de Joseph Walser, Mondadori, pág 104

viernes, 16 de septiembre de 2016

LA VIDA PRIVADA DE LOS ÁRBOLES, ALEJANDRO ZAMBRA

Es profesor de literatura en cuatro universidades de Santiago. Hubiera querido ceñirse a una especialidad, pero la ley de la oferta y la demanda lo ha obligado a ser versátil: hace clases de literatura norteamericana y de literatura hispanoamericana y hasta de poesía italiana, a pesar de que no habla italiano. Ha leído, con atención, a Ungaretti, a Montale, a Pavese, a Pasolino, y a poetas más recientes, como Patrizia Cavalli y Valerio Magrelli, pero en ningún caso es un especialista en poesía italiana. Por lo demás, en Chile no es tan grave dar clases de poesía italiana sin saber italiano, porque Santiago está lleno de profesores de inglés que no saben inglés, y de dentistas que apenas saben extraer una muela- y de personal trainers con sobrepeso, y de profesoras de yoga que no conseguirían hacer clases sin una generosa dosis previa de ansiolíticos. Gracias a su indudable capacidad de improvisación, Julián suele salir airoso de sus aventuras pedagógicas. Siempre se las ingenia para salvar la situación camuflando alguna frase de Walter Benjamin o de Borges o de Nicanor Parra



La vida privada de los árboles,  Anagrama pág 26

viernes, 19 de agosto de 2016

EL DÍA DEL WATUSI, FRANCISCO CASAVELLA

Me detengo a considerar mi estado, la pus de las heridas abiertas, los años escolares, el bachiller. Docentes compitiendo en bostezos con el bostezo general. A ver quién abre más la boca diciendo Tananarive, Calatañazor, Kandiski. La incompetencia educativa oculta de modo involuntario una verdadera instrucción para la irrealidad futura, pero yo lo ignoro. No puedo entablar amistad con esa turba variada de adolescentes que ríen y lloran por menudencias (…) Todos ven en ti a un solitario sin interés, que es la peor clase de solitarios, y te tratan en consecuencia, o sea, no te tratan



El día del watusi, Circulo de lectores, pág 357

viernes, 5 de agosto de 2016

EL DEMONIO DE LA TEORÍA. LITERATURA Y SENTIDO COMÚN, ANTOINE COMPAGNON

Cuando entré en sexto en el pequeño liceo Condorcet, nuestro viejo profesor de latín-francés, que era también alcalde de su pueblo en Bretaña, nos preguntaba cada vez que leíamos un texto de nuestra antología: ”¿Cómo entiende usted ese pasaje?¿Qué ha querido decirnos el autor?¿Qué excelencias tiene el verso o la prosa?¿Dónde reside la originalidad de la visión del autor?¿Qué lección podemos sacar de todo esto?”


El demonio de la teoría. Literatura y sentido común, Acantilado, pág 16

viernes, 22 de julio de 2016

LO PEOR DE TODO, RAY LORIGA

Los profesores no son buena gente. El señor de las Viñas se frota la cara como si se la cambiase de sitio y siempre dice de todo que es ‘para mear y no echar gota’


Lo peor de todo, Plaza Janés, pág 39

viernes, 8 de julio de 2016

EL MUNDO SEGÚN GARP, JOHN IRVING

- ¿Tengo mmal aliento, Garp?- insistió Tinch
- Bueno y malo son cuestiones de opinión, señor- respondió Garp
- ¿Y ccuál es ‘tú’ opinión?
- De acuerdo con ‘mi’ opinión- espetó Garp sin parpadear-, usted tiene el mejor aliento de todos los profesores de esta escuela


El mundo según Garp, Biblioteca El Mundo, pág 121 

viernes, 24 de junio de 2016

LO QUE CUENTA ES LA ILUSIÓN, IGNACIO VIDAL-FOLCH

- Pero aunque las palabras no basten- alegaba en el aula Valverde-, siempre valen más que el silenco, ‘algo’ nos comunican, ¿verdad?
Los alumnos- casi todos eran chicas- observaban al sabio desde los bancos sumidos en la mayor perplejidad, como si a todos los acabasen de lobotomizar. Valverde tiene un poema sobre esos momentos




Lo que cuenta es la ilusión, Destino, pág 52

viernes, 10 de junio de 2016

LOS DIARIOS DE LAS CHICAS SÉMPLICA, GEORGE SAUNDERS

Jerry charlatán. Antes de convertirse en poli, era profesor. Se alegraba tanto de haberlo dejado. Sus estudiantes malcriados. Cada año más malcriados. Durante últimos cursos solo pasaba rato, aguardando momento en que sería apuñalado o recibiría disparo de algún malcriado. Todo empezó a medida que chavales se volvían más oscuros. Si sé a que se refiere. No tiene nada en contra de gente oscura pero sí que tiene algo en contra de gente que se niega a trabajar y a aprender idioma y que además insiste en gastar bromas de mal gusto a profesores. Cuando él era niño, ni siquiera se le hubiera pasado por imaginación introducir pequeña rana en Cola Light de uno de profesores más dedicados de claustro. Casi seguro que fue chaval oscuro quien lo hizo, ya que casi todos sus chavales, chavales oscuros. Él en concreto nunca fue apuñalado, pero está seguro de que hubiera acabado recibiendo puñalada, un día, de algún chaval oscuro. Ya que, para cualquier chico lo bastante caradura como para poner rana en bebida de profesor, no hay límites; es decir apuñalar = por lógica siguiente paso.
Chavales no son más que chavales, digo.



Los diarios de las Chicas Sémplica, Ediciones Alfabia, pág 180

viernes, 27 de mayo de 2016

CONFUSIÓN DE SENTIMIENTOS, STEFAN ZWEIG

Pero lo que inflamaba sobre todo mi celo era el orgullo de salir airoso delante de mi maestro, de no defraudar su confianza, de arrancarle una sonrisa de aprobación y me apreciara como yo lo apreciaba


Confusión de sentimientos, Editorial Acantilado, pág 33

viernes, 13 de mayo de 2016

MI ÚLTIMO SUSPIRO, LUIS BUÑUEL

Recuerdo también las clases de Filosofía, en las que el profesor nos explicaba con una media sonrisa compasiva, la doctrina del pobre Kant, por ejemplo, que se había equivocado tan lastimosamente en sus razonamientos metafísicos. Nosotros tomábamos notas apresuradas. “¡Mantecón!¡Refúteme a Kant!”. Si Mantecón llevaba la lección bien aprendida, la refutación duraba menos de dos minutos


Mi último suspiro, Plaza&Janes, pág 34

viernes, 29 de abril de 2016

EL SENTIDO DE UN FINAL, JULIAN BARNES

Cuando yo iba al colegio nos habían dicho que siempre que lleváramos el uniforme teníamos que comportarnos de tal modo que causara una buena impresión del centro. Así que nada de comer o beber en la calle; y que le darían una zurra al que pillaran fumando. Tampoco se permitía confraternizar con el sexo opuesto: el colegio de chicas vinculado con el nuestro y situado en las cercanías dejaba salir a las alumnas quince minutos antes de liberar a los chicos, y a ellas les daba tiempo de ponerse bien a salvo de sus homólogos varoniles, predatorios y priápicos.


El sentido de un final, Anagrama, pág 166

viernes, 15 de abril de 2016

EL INTOCABLE, JOHN BANVILLE

En los años sesenta hice varios viajes a Estados Unidos- para dar conferencias y asesoramiento-, y en una ocasión, por inverosímil que pueda parecer, di clases durante un semestre en un college del Medio Oeste, donde por el día exponía ante un aula llena de alumnos, que tomaban notas con frenética diligencia, los esplendores del arte francés del siglo XVII, y por la noches salía a beber cerveza con esos mismos estudiantes, ya relajados y dóciles cual perros. Recuerdo una memorable ocasión en el Rodeo Saloon en que confraternicé con ellos hasta el punto de que decidir evocar mis viejos tiempos de espectador de music hall con Danny Perkins y, puesto de pie encima de una mesa, canté Burlington Bertie con los ademanes apropiados, lo que mereció la ruidosa, aunque sorprendida, aprobación de mis estudiantes y de media docena de vejestorios con botas vaqueras que estaban en la barra


El intocable, Alfaguara, pág 359

viernes, 1 de abril de 2016

BOMARZO, MANUEL MÚJICA LAÍNEZ

Pierus Valerianus levantaba la vista de un diálogo platónico y, con un pretexto mínimo, se lanzaba a lamentar la desventura de quienes han elegido el áspero camino de la docencia o de la investigación y ven transcurrir sus vidas triplemente acechados por la envidia, por el desdén y por el hambre



Bomarzo, Colección El Mundo, pág 100

viernes, 18 de marzo de 2016

LA GALLINA CIEGA, MAX AUB

- ¿Qué te pareció, entonces, la Universidad?
- Bueno, como estaba diciendo, me pareció que la Universidad de Madrid no daba una suficiente formación, sino que simplemente daba una acumulación de datos, en algunos casos. Entonces, antes, me preguntaba José María si yo no creía que precisamente la Universidad tenía que dar una visión más amplia y más profunda. Y yo le contestaba que, efectivamente, la materia que sea debe enseñarse con profundidad, situándola dentro de un contexto mucho más amplio, es decir, dentro de una visión mucho más universal (por eso es universidad). Sin embargo, sólo encontré tres o cuatro profesores que intentaron hacer eso, con más o menos éxito. José María me preguntaba, antes, que si eso … (Se pierde, vuelta): Bueno, la manera de reaccionar de los alumnos ante eso. Yo decía que había reacciones de dos tipos: reacciones de tipo individual, que lo único que hacían era a un nivel puramente personal, al tratar de llenar esa laguna mediante una formación que ellos se buscaban particularmente, y una reacción de tipo colectivo pero ya, quizá, más confusa y con muchas más implicaciones: no sólo desde el punto de vista de la educación, de la formación, sino con unas implicaciones de tipo socia, de tipo político, en muchos casos falsamente político


La gallina ciega, Visor Libros, pág 340

viernes, 4 de marzo de 2016

LAS ASOMBROSAS AVENTURAS DE KAVALIER Y CLAY, MICHAEL CHABON

Como tantos niños solitarios, su problema no era la soledad en sí, sino el hecho de que nunca lo dejaban a solas para disfrutarla. Siempre había adultos bienintencionados que intentaban alegrarlo o aconsejarle; que lo sobornaban, lo intentaban engatusar o lo intimidaban para que se mostrara amistoso, para que hablara un poco o tomara un poco el aire. Los profesores siempre estaban pinchándolo e intentando ganárselo con sus datos y sus principios, cuando lo único que él necesitaba era que le dieran un montón de libros de texto y lo dejaran solo. Y lo peor de todo eran los demás niños, que por lo visto no podían jugar sin incluirlo a él en el caso de los juegos crueles y lo excluían de forma ostentosa cuando se trataba de juegos inocentes


Las asombrosas aventuras de Kavalier y ClayLiteratura Mondadori, pág 489

viernes, 19 de febrero de 2016

EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO, J. D. SALINGER

- Te he suspendido en historia sencillamente porque no sabes una palabra.
- Lo sé, señor ¡Jo!¡Que si lo sé! No ha sido culpa suya
- Ni una sola palabra- repitió
Eso sí que me pone negro. Que alguien te diga una cosa dos veces cuando tú ya la has admitido a la primera. Pero aún lo dijo otra vez:
- Ni una sola palabra. Dudo que hayas abierto el libro en todo el semestre. ¿Lo has abierto? Dime la verdad, muchacho.
- Verá, le eché una ojeada un par de veces- le dije.
No quería herirle. Le volvía loco la historia.


El guardián entre el centeno, novela edhasa, pág 20

viernes, 5 de febrero de 2016

DIARIOS 1999-2003, IÑAKI URIARTE

Nunca hay casi nadie y a través de los grandes ventanales, miro hacia el museo y la Universidad de Deusto. Han pasado casi cuarenta años y no me he alejado ni trescientos metros, me he dicho a veces. No guardo ningún buen recuerdo de ella. Aunque sí del Colegio Mayor. No tuve ni un sólo profesor bueno, de categoría o carismático


Diarios 1999-2003, Pepitas de calabaza, pág 170

viernes, 8 de enero de 2016

DÍAS DE DIARIO, ANTONIO MUÑOZ MOLINA

Viene Jaime Vallcorba, de El Acantilado, que lleva publicados tantos libros magníficos. Me cuenta cosas tremendas sobre la caída de las ventas de libros en Francia y Alemania, que él atribuye muy razonablemente no a la influencia de la televisión o de Internet, sino al desguace de la enseñanza, destrozada por políticos y pedagogos. Nos apasionamos hablando de estos asuntos.


Días de diario, Seix Barral, pág 51