Decía Juan de Mairena en sus momentos de mal humor: «Un pedagogo hubo: se llamaba Herodes».
viernes, 9 de noviembre de 2018
UN RECODO EN EL RÍO, V. S. NAIPAUL
Después se transformó en el
joven africano en ascenso, el alumno del liceo, moderno, emprendedor.
De acuerdo con este personaje le gustaba usar el blazer con el lema
‘Semper aliquid novi’; sin duda pensaba que le traje le ayudaba a
imitar los gestos que había aprendido de algunos de sus profesores
europeos. Imitando a un profesor en mi piso, podía quedarse de pie
apoyado en una de las paredes blancas de la sala, con las piernas
cruzadas, y en esa postura, intentar dirigir la conversación. O
imitando a otro maestro podía dar una vuelta alrededor de la mesa de
caballete mientras levantaba algún objeto, lo examinaba y lo dejaba
de nuevo, sin dejar de hablar
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