Di por sentado que sexto estaría chupado, como todos los cursos hasta entonces, pero, no sé por qué, resultó que había el doble de deberes, y todo se hacía mucho más difícil. Además, de repente, mis compañeros de clase parecían mucho más listos que yo, y mucho más conscientes de cómo funcionaba el mundo
El bar de las grandes esperanzas, página 89
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