Yo conocí a un profesor que como no quería ir a disparar en artillería siendo como era matemático, le robó el reloj a un teniente para ir a la prisión militar. Lo hizo con toda premeditación. La guerra no le impresionaba ni le fascinaba. Disparar contra el enemigo y matar a otros profesores, a otros matemáticos del lado contrario tan infelices como él, con proyectiles y granadas lo consideraba una estupidez.
Decía Juan de Mairena en sus momentos de mal humor: «Un pedagogo hubo: se llamaba Herodes».
viernes, 23 de septiembre de 2022
viernes, 9 de septiembre de 2022
EL MAR, EL MAR, IRIS MURDOCH
En la escuela fui feliz, pero no hice en ellas amistades íntimas, no hubo tragedias ni maestros que me inspiraran cierto afecto, aunque algunos influyeron en mí, como el señor McDowell
Suscribirse a:
Entradas (Atom)