La
verdad es que no me extraña la reacción de la familia inglesa, pues
Julito ha sido mal educado. Ni Alida ni yo hemos podido corregir su
desorden, irresponsabilidad, prodigalidad, vehemencia, tec. Alida,
porque su trabajo le impide ocuparse de él, estar en casa a las
horas en que él come, juega o se acuesta. Yo, por liberalismo o
falta de carácter. Aparte de ello, Julito es hechura de la escuela
comunal francesa. Esta pudo haber sido, hace diez o veite años, una
escuela aceptable, desde el punto de vista modales, lenguaje,
educación, aparte de intrucción propiamente dicha. Pero ya no lo
es. La mayor parte de los alumnos que la frecuentan son hijos de
pequeños comerciantes, obreros y sobre todo trabajadores
inmigrantes: árabes, españoles, portugueses, etc. Lo que puede
aprender en un hogar como el nuestro esneutralizado y contrarrestado
por el medio escolar, de sus amigos y el barrio. Carece de maneras,
su comportamiento es tosco, su lenguaje populachero. Para eso ya no
hay remedio, al menos por ahora. Ya Alida piensa en el remedio
tradicional: un buen internado, donde lo tengan al breque y le
impongan disciplina y modales, férreamente. Un internado inglés,
por ejemplo. Pero, ¿quién puede garantizar cómo son actualmente
esos internados? A lo mejor ha ocurrido lo mismo que en las escuelas
comunales francesas. En fin, problema mortificante, que se añade a
otros problemas.
La
tentaciónd el fracaso, Seix Barral Biblioteca Breve, pág 623
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