Todos
eran muy hábiles en el arte de explicar, desarrollar y diseccionar,
e intentaron conseguir que me quedase por esos medios. Consiguieron
desesperarme, y al final ya no podía soportar sus caras sonrientes y
esperanzadas de profesores. Déjenme que les diga que los profesores
son unos impostores de tomo y lomo y de la peor especie, pues
pretenden una vida imposible, una eterna y ociosa juventud
existencial. Eso les crea terribles decepciones y les lleva a
alejarse de la verdad. Y la literatura, por su carácter duradero, es
el billete para esos viajes.
Decía Juan de Mairena en sus momentos de mal humor: «Un pedagogo hubo: se llamaba Herodes».
viernes, 28 de febrero de 2020
viernes, 14 de febrero de 2020
EN EL CORAZÓN DEL CORAZÓN DEL PAÍS, WILLIAM H. GASS
EDUCACIÓN
En 1833, Colin Goodykoontz, un predicador ambulante con nombre de cuento de hadas, resumió la situación de una ciudad de Indiana del siguiente modo:
En 1833, Colin Goodykoontz, un predicador ambulante con nombre de cuento de hadas, resumió la situación de una ciudad de Indiana del siguiente modo:
‘La
ignorancia y su escuálida prole. Una carencia universal de
intelecto. La abstinencia total de la literatura es práctica
generalizada… No hay ninguna autoridad académica en gramática o
geografía ni, hasta donde yo sé, un profesor capacitado para
instruirlos… Otros padecen durante unos pocos meses al año los
métodos de enseñanza de lectura, escritura y cálculo más
anticuados e inadmisibles… ¿Es necesario que haga un alto para
recordaros que esta ciénaga es idónea para engendrar repugnantes
reptiles? ¡Croan de celos; su fanatismo es desaforado; son
desconfiados como serpientes; están ciegos cual gusanos; tienen la
malicia de los cocodrilos!’
Las cosas han cambiado desde
entonces, pero en ninguno de los aspectos mencionados
En
el corazón del corazón del país, La navaja suiza
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