El chico leía un libro de texto
de matemáticas. A Bosmans lo sorprendió ver que tomaba notas en los márgenes.
La niña estaba ensimismada en un libro de tapas amarillas de la colección “Classiques”
de Garnier: los ‘Pensamientos’ de Pascal. Bosmans les preguntó qué edad tenían.
Once y doce años. Les dio la enhorabuena por ser tan serios y tan precoces.
Pero parecían insensibles a esos elogios, como si aquello cayera por su propio
peso. El niño se encogió de hombros mientras volvía a abstraerse en el libro de
texto y la niña le lanzó una sonrisa tímida a Bosman
El horizonte, Anagrama, pág 61
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