viernes, 6 de enero de 2017

EL QUINTO EN DISCORDIA, ROBERTSON DAVIES

He sido un buen profesor porque jamás he pensado demasiado en la enseñanza; me limitaba a trabajar con el programa de estudios y a insistir en aplicar los más elevados criterios. Nunca tuve alumnos favoritos ni intenté ser apreciado; nunca me involucré de corazón en el éxito de ningún estudiante inteligente, y siempre tuve buen cuidado de saber bien lo que decía. No era un profesor accesible, pero si alguien se dirigía a mí, me comportaba con cortesía y le dedicaba toda mi atención. Por supuesto, disfruté con la enseñanza, y supongo que mi goce tuvo su influencia en los chicos.


El quinto en discordia, Libros del Asteroide, pág 155

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