viernes, 15 de marzo de 2019

EL HÚSAR EN EL TEJADO, JEAN GIONO

Cediste al placer inmediato de contestar a un insolente con una insolencia. En eso no hay ninguna fuerza. Hay debilidad, puesto que ahora sientes remordimiento de no haber cumplido un deber que te habías impuesto o, seamos francos, un acto que te haría merecedor de tu propia estima.




El húsar en el tejado, Anagrama, pág 175

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