- ¿No es curioso que el colegio siempre huela a colegio?- le preguntó Jenny a la profesora de Slevin-. Por más recursos modernos que se introduzcan, audiovisuales e informáticos, sigue oliendo a cola de libro, al pape barato del cuaderno de aritmética y … ¿a qué mas? Hay otro olor. Lo conozco pero ahora mismo no sé qué es.
- Tome asiento, doctora Tall.
- A polvo de radiador.
- ¿Cómo dice?
- Ese es el otro olor.
Reunión en el restaurante Nostalgia, Debolsillo, página 253
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