viernes, 9 de agosto de 2013

HENRY Y CATO, IRIS MURDOCH (I)

La juventud carece de firmeza, pensó. No son como fuimos nosotros. No pueden afrontar nada que les resulte difícil. No se les ha enseñado la importante diferencia que existe entre hacer las cosas bien y hacerlas mal. No quieren más que ser ellos mismos, pero la educación es el proceso de ampliación y cambio que se desarrolla hasta poder llegar a comprender aquello que es diferente. No es de extrañar que la indolente y vocinglera juventud izquierdista esté derivando hacia un anarquismo obtuso: siempre quejándose, cuando hay tantas cosas buenas por hacer y tantas por aprender y por lo que regocijarse. Evidentemente, los problemas comienzan en el colegio, y están todos ellos empapados de autocompasión. ¡Nunca se me habría ocurrido decirle a mi padre que no era feliz en la facultad!

Henry y Cato, Impedimenta, pág 36

2 comentarios:

  1. La primera línea:" La juventud carece de firmeza, pensó. No son como fuimos nosotros" me ha recordado a un relato que acabo de leer de Natalia Ginzburg titulado las tareas de casa en el que una abuela reflexiona sobre cómo crió a sus hijos y cómo estos lo hacen con sus nietos.
    "...piensa que el rasgo principal de los jóvenes hoy en día es la indecisión" " la indecisión ...como un instinto de eternas vacaciones donde el tiempo languidece, entre ríos de palabras sin objetivo"
    Saludos

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  2. Conozco ese texto,Agnes y en él efectivamente los jóvenes se encuentran siempre dudando y transmitiendo esa incertidumbre a sus hijos, saludos

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