A
contraluz, Libros del Asteroide, pág 119
Decía Juan de Mairena en sus momentos de mal humor: «Un pedagogo hubo: se llamaba Herodes».
viernes, 29 de marzo de 2019
A CONTRALUZ, RACHEL CUSK
Los
estudiantes deliberaban sobre si las ventanas tenían que estar
abiertas o cerradas, porque en el aula hacía un frío mortal y
nadie había averiguado cómo se bajaba el aire acondicionado.
Quedaba también la cuestión de la puerta, abierta o cerrada, de las
luces, encendidas o apagadas, y de si el ordenador, que proyectaba
sobre la pared un rectángulo azul vacío, y emitía un zumbido, iba
a utilizarse o podíamos apagarlo
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