Aun cuando la educación había
caído en desuso en Región, desde la segunda década del siglo, aún seguían
abiertas dos escuelas públicas y un instituto de enseñanza media; el patio, ciertamente, se había convertido
en una cochera, los porteros habían ido, poco a poco, transformando casi todas
las dependencias en corrales pero aún se daba clase y en casi todos los
agujereados encerados de las aulas seguían dibujados con tiza, más indeleble
que el pirograbado, hipérbolas y elipses, frases de francés y fórmulas de
química del tiempo de la monarquía.
Volverás a Región, Destino, pág 24
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