Darío pertenece a la especie de
los profesores y de los curas. Por eso está tan contento, contento a la manera
de los profesores y de los curas cuando están en medio de sus escolares, o de
sus fieles. Tal contento pedagógico hoy no se encuentra nunca en la realidad,
pues los curas y los profesores están inseguros, atormentados, dudosos y
turbados.
Y a la gente no le gustan en
absoluto los profesores y los curas que el mundo hoy acostumbra a ofrecer, los
considera débiles, confusos o corruptos; o en todo caso incapaces de llevar a
cabo su cometido.
Busca entonces a los curas y los profesores en los reinos de la fantasía, los busca y los festeja en los escenarios de los teatros
Ensayos (No entiendo a DaríoFo), Lumen, pág 317
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