Nunca
hay casi nadie y a través de los grandes ventanales, miro hacia el
museo y la Universidad de Deusto. Han pasado casi cuarenta años y no
me he alejado ni trescientos metros, me he dicho a veces. No guardo
ningún buen recuerdo de ella. Aunque sí del Colegio Mayor. No tuve
ni un sólo profesor bueno, de categoría o carismático
Diarios
1999-2003, Pepitas de calabaza, pág 170
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