viernes, 4 de marzo de 2016

LAS ASOMBROSAS AVENTURAS DE KAVALIER Y CLAY, MICHAEL CHABON

Como tantos niños solitarios, su problema no era la soledad en sí, sino el hecho de que nunca lo dejaban a solas para disfrutarla. Siempre había adultos bienintencionados que intentaban alegrarlo o aconsejarle; que lo sobornaban, lo intentaban engatusar o lo intimidaban para que se mostrara amistoso, para que hablara un poco o tomara un poco el aire. Los profesores siempre estaban pinchándolo e intentando ganárselo con sus datos y sus principios, cuando lo único que él necesitaba era que le dieran un montón de libros de texto y lo dejaran solo. Y lo peor de todo eran los demás niños, que por lo visto no podían jugar sin incluirlo a él en el caso de los juegos crueles y lo excluían de forma ostentosa cuando se trataba de juegos inocentes


Las asombrosas aventuras de Kavalier y ClayLiteratura Mondadori, pág 489

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