Dio la espalda a los alumnos y
tomó un trozo de tiza de la repisa inferior de la pizarra arañada,
sostuvo la tiza en equilibrio durante un momento y escuchó el rumor
sordo y los crujidos que hacían los alumnos al acomodarse en sus
mesas soportando una rutina que de pronto se le hizo familiar
Stoner, Baile del Sol, pág 124
No hay comentarios:
Publicar un comentario