De modo que seguimos en la vida como en el patio del colegio, con la diferencia de que en el colegio el tiempo dedicado al recreo y al roce con los demás era proporcionalmente pequeño en comparación con el que pasábamos trabajando. En la vida es al revés, la gente quiere pasar cada vez menos tiempo trabajando y más tiempo en el recreo, con lo cual los roces, disputas, malentendidos y demás se multiplican por cien
Siete moderno, Austral , página 221
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