viernes, 25 de octubre de 2019

LA EDAD DE HIERRO, J. M. COETZE

El año pasado, cuando empezaron los problemas en las escuelas, le dije a Florence lo que pensaba.
En mi época considerábamos la educación un privilegio —le dije. Los padres se apretaban el cinturón y ahorraban para que sus hijos fueran a la escuela. Nos habría parecido una locura quemar una escuela.
Las cosas han cambiado —contestó Florence.
¿Apruebas que los niños quemen las escuelas?
No puedo decirles a estos chicos lo que tienen que hacer —dijo Florence. Todo ha cambiado. Ya no hay padres ni madres.
Eso es absurdo —dije. Siempre hay padres y madres. Así terminó nuestra conversación.



La edad de hierro, Coetze, pa´g 24

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