¿Por qué había cedido mi papá, que había estudiado en colegios públicos laicos, y había permitido que a mí me educaran en un colegio privado confesional? Supongo que tuvo que resignarse a eso ante la ineluctable decadencia que hubo en Colombia, hacia los años sesenta y setenta, de la educación pública. Debido a los profesores mal pagos y mal escogidos, agrupados en sindicatos voraces que permitían la mediocridad y alimentaban la pereza intelectual, debido a la falta de apoyo estatal que ya no veía en la instrucción pública la mayor prioridad (pues las élites que gobernaban preferían educar a sus hijos en colegios privados y el pueblo que se las arreglara como mejor pudiera), a causa también de la pérdida del prestigio y el estatus de la profesión docente, y la pauperización y crecimiento desmedido de la población más pobre, por este conjunto de motivos, y muchos otros, la escuela pública y laica entró en un proceso de decadencia del que todavía no se recupera. Por eso mi papá, molesto pero resignado, incapaz de negar la realidad, había dejado que mi mamá, más práctica, se encargara de la elección de colegio, uno femenino para mis hermanas y uno masculino para mí, necesariamente privado, que en el caso de Medellín era también sinónimo de religioso.
Decía Juan de Mairena en sus momentos de mal humor: «Un pedagogo hubo: se llamaba Herodes».
viernes, 13 de junio de 2025
viernes, 30 de mayo de 2025
DESPEDIDA A LA FRANCESA, PATRICK DEWITT
La señorita Mackey era la tutora de Malcolm. Durante dos años apareció cada día laborable en el apartamento para darle clase. Al principio le enseñaba francés, finalidad para la que la había contratado Frances. En cuanto completó la tarea, no la despidió, sino que le pidió que se quedara y le enseñase a Malcolm «otras cosas». Ella la preguntó a Frances a qué se refería y esta respondió: «Cosas fascinantes». La señorita Mackey interpretó que podía enseñarle lo que quisiera y eso fue lo que hizo.
viernes, 16 de mayo de 2025
ANA NO, AGUSTÍN GÓMEZ ARCOS
Mi pequeño Paucha, Jesús, era muy, muy inteligente. Me sentía orgullosa de él. Palabra de madre. Porque una madre, sabe. Lo sabe todo. No iba presumiendo por ahí porque soy mujer de orgullos secretos, pero siempre lo veía estudiando, haciendo los deberes, llenando páginas y páginas con una letra que me parecía preciosa
viernes, 2 de mayo de 2025
QUÉ FUE DE LOS MULVANEY, JOYCE CAROL OATES (II)
Había tenido que dejar su posición privilegiada cuando le resultó evidente que el proceso de evaluar —«poner notas»— a otros seres humanos como él era inherentemente cruel, una extensión intelectual de la crueldad de la «selección natural» de Darwin, la supervivencia del más fuerte, la extinción del débil.
viernes, 18 de abril de 2025
DÍAS MEMORABLES, MICHAEL CUNNINGHAM
Camino de la fábrica, Lucas paró en la escuela. No entró. Dio la vuelta por el lateral y miró por las ventanas. Vio a Mr. Mulchady con el ceño fruncido ante su mesa, las llamitas de las lámparas bailándole en las lentes. Vio a los demás alumnos encorvados sobre los pupitres. La escuela seguiría igual sin él. Allí, como siempre, estaban los pupitres, la pizarra. Había dos mapas en la pared: el mundo y las estrellas.
viernes, 4 de abril de 2025
ALGÚN DÍA ESTE DOLOR TE SERÁ ÚTIL, PETER CAMERON (II)
—¿Pero te alegras de haber ido a la universidad? ¿Fue una buena experiencia?
—Supongo. Aunque no recuerdo absolutamente nada de lo que aprendí. Excepto el latín y eso es porque las monjas nos lo metían en la cabeza a la fuerza. A menudo me sirve para el crucigrama.
viernes, 21 de marzo de 2025
ARMADILLO, WILLIAM BOYD
Incluso tomó un desvío de un cuarto de milla para poder contemplar su vieja escuela, St. Barnabus, con sus muros altos, mancillados, de ladrillo, y su patio de asfalto picado. Era un ejercicio valioso de dolorosa nostalgia, y era realmente la razón primera por la que algunas veces aceptaba la invitación permanente de su madre de ir a comer los sábados (nunca los domingos). Era como arañar la costra de una herida; la ves dad era que quería cicatrices, estaría muy mal intentar olvidar, dejarlo todo en blanco
viernes, 7 de marzo de 2025
LOS HERMANOS BURGESS, ELIZABETH STROUT
—Ayanna dice que el lunes no llevará a sus hijos a la escuela —susurró Haweeya, y estornudó—. Cuando Omad le ha dicho que ahí están seguros, ella le ha replicado: «¿Seguros en un sitio en el que les dan patadas y puñetazos cuando el profesor no mira?»
viernes, 21 de febrero de 2025
TODO ESTO EXISTE, ÍÑIGO REDONDO (II)
Echa un ojo a las listas, a las actas de los alumnos. Ve sus fotos, sus nombres. Recuerda a los padres de algunos. Recuerda sus caras, sus tonos de voz, sus conductas. Las mismas caras que el año pasado. El mismo reparto de roles. El payaso de tercero (es igual que su padre), los abusones del último curso, Vika, la más presumida de todo el instituto (como su madre). Yarik, aún más raro que la suma de lo más raro que pueda encontrarse en su padre y en su madre. Están todos. Todos los años lo mismo, más algún alumno nuevo, los menos.
viernes, 7 de febrero de 2025
THE CAPTAIN AND THE ENEMY, GRAHAM GREEN
‘I think there are laws about schooling, but I’m damned if I know what they are. Jim can read and he can write – whatever else does a boy need? The rest just comes with living. Anyway there are things which I can teach him better than any schoolmaster.’
viernes, 24 de enero de 2025
GAGARIN O LA TRSITE CERTEZA DE VIAJAR SOLO, JOSÉ MORENO
Una vez tuve una novia. No fue una relación larga, pero lo recuerdo como algo intenso. El noviazgo duró una hora, exactamente el tiempo que transcurrió entre el inicio y el final de la clase de ciencias naturales de la escuela. Justo cuando la profesora salió del aula con sus trastos, la chica se me acercó para decirme que había cambiado de opinión y que ponía fin a lo nuestro. No puedo decir que no acusara el golpe, pero creo que, aun así, aquello me compensó. Fue solo una hora, pero sesenta minutos de esperanza no es poca cosa
viernes, 10 de enero de 2025
VOZDEVIEJA, ELISA VICTORIA
Ya me doy cuenta de que los profesores a veces dicen tonterías, que no saben tanto, aunque su intención sea buena y nos traten con cariño y esmero. La información a menudo es arbitraria y confusa, nada fiable. Hago todo lo que ellos piden porque creo que la única forma exitosa de escapar es desde dentro. No parecen muy preparados y es fácil seguir las instrucciones, aprender a complacer sus manías.
Vozdevieja, Blackie Books, pág 138